De escritos, realismo social y creación revolucionaria: Silvestre el músico y el poeta

Of writings, social realism and revolutionary creation: Silvestre the musician and the poet

Carlos González Marrufo
Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, Mexico

Analéctica

Arkho Ediciones, Argentina

ISSN-e: 2591-5894

Periodicidad: Bimestral

vol. 0, núm. 1, 2013

revista@analectica.org

Recepción: 02 Julio 2013

Aprobación: 31 Octubre 2013



DOI: https://doi.org/10.5281/zenodo.3829390

Resumen: El siguiente ensayo es un trabajo de investigación que debía de prepararse como evaluación de una cátedra acerca del proceso histórico de la revolución mexicana, resultará entonces un tanto extraño que mi modesto escrito se desarrolle sobre un músico que tuvo poco que ver con el suceso armado, político o militar revolucionario. Una de las aspiraciones más claramente buscadas en esta reflexión histórica cultural, es demostrar cómo los sucesos macro-estructurales, en este caso, la revolución mexicana, la revolución de octubre y la guerra civil española, con todas sus consecuencias, afectan directamente sobre las personas de carne y hueso que viven y se desarrollan en el contexto de su sociedad.

Palabras clave: escritos, realismo social, creación revolucionaria.

Abstract: The following essay is a research work that should be prepared as an evaluation of a chair about the historical process of the Mexican revolution, it will be somewhat strange then that my modest writing is developed about a musician who had little to do with the armed event, revolutionary political or military. One of the most clearly sought aspirations in this cultural historical reflection is to demonstrate how the macro-structural events, in this case, the Mexican revolution, the October revolution and the Spanish civil war, with all its consequences, directly affect people. of flesh and blood that live and develop in the context of their society.

Keywords: writings, social realism, revolutionary creation.

Introducción y justificación

Revueltas vivió y trabajó durante lo que yo llamo el segundo periodo creativo de este siglo- la gran era del modernismo y del realismo social (nacionalismo), que se desarrolló aproximadamente entre 1920 y 1940.

Peter Garland (1994)

El siguiente ensayo es un trabajo de investigación que debía de prepararse como evaluación de una cátedra acerca del proceso histórico de la revolución mexicana, resultará entonces un tanto extraño que mi modesto escrito se desarrolle sobre un músico que tuvo poco que ver con el suceso armado, político o militar revolucionario. Una de las aspiraciones más claramente buscadas en esta reflexión histórica cultural, es demostrar cómo los sucesos macro-estructurales, en este caso, la revolución mexicana, la revolución de octubre y la guerra civil española, con todas sus consecuencias, afectan directamente sobre las personas de carne y hueso que viven y se desarrollan en el contexto de su sociedad.

Se escogió Silvestre porque para el triunfo de la revolución mexicana, estaría en su más vigorosa juventud y tan sólo veinte años después moriría la madrugada del 5 de octubre de 1940, debe mencionarse que este ensayo es de ambición histórica más que musical, se busca hacer una semblanza de la vida y pensamiento de Silvestre más que una profundización acerca de su gran y sublime obra compositiva, esto último será cuestión de retomar en un trabajo de tintes musicológicos.

Curioso fue que a lo largo del acercamiento a la vida y pensamiento “Silvestriano”, encontrara similitudes ideológicas con respecto a la función del arte en la sociedad y cuestiones políticas principalmente, que me aquejan desde hace algún tiempo, y que me atreveré a ir configurando a lo largo del desarrollo de este ensayo, sin el temor de parecer un tanto radical, o más bien, si radical, pero no un solo y absurdo radical romántico, a este respecto, un trabajo de valor inestimable fue la recopilación de las epístolas del compositor, constituida por su hermana Rosaura, en ellas queda plasmada el desarrollo de la actitud y la filosofía de Silvestre desde sus tempranos años hasta su muerte. El apunte biográfico “apuntes par una semblanza de Silvestre Revueltas”, realizado por su hermano José Revueltas, sobrepasó con creces la intención de hacer de este escrito algo un tanto más novelístico y artístico, debo confesar que tal semblanza es de un carácter tan sumamente poético que al terminar de recorrer sus páginas caí en un llanto casi incontrolable, este escrito resultó ser tan hermoso que desarmó los primeros esbozos que se tenían pensados para este ensayo.

Otro trabajo un tanto más musical que histórico que fue de gran ayuda para esclarecer algunas dudas que fueron surgiendo a lo largo de la conformación de este escrito, es el libro de Peter Garland (1994), Silvestre Revueltas, editado por la editorial española Alianza Editorial.

Silvestre y la historia

La historia oficial se ha encargado de relegar la grandeza humana a los países altamente desarrollados, para la historia universal occidental, la importancia y trascendencia de muchos aspectos culturales, científicos, artísticos y políticos, se han tirado al desván de las menudencias, dejando a un lado la riquísima producción intelectual de los países subdesarrollados: África, Asia y América latina. Para esta historia, las naciones periféricas siempre han seguido un poco trasnochadas las vanguardias del viejo mundo, quizá esta sea una de las razones por las cuales desconocemos profundamente nuestra historia. Es más fácil que alguien sepa un poco de Beethoven, a que haya escuchado el nombre de Silvestre Revueltas.

Aun sin conocer con profundidad la historia de la música mexicana, estoy convencido de que Revueltas es una figura toral en la historia universal de la música del siglo XX; de ahí parte mi apreciación del compositor y su obra. Se sabe que esta historia ha sido definida por Europa y Estados Unidos, y que en ella los países de Latinoamérica, Asia y África son relegados a una suerte de status marginal. Para mí es obvio que esto refleja actitudes políticas y culturales colonialistas y tengo la esperanza de que un mayor acercamiento a la obra y la significación de compositores como Revueltas pueda contribuir a romper estas estructuras; advierto al lector que mi sensibilidad y mis esfuerzos aquí volcados reflejarán esta situación. (Garland, 1994, 11)

Es por esta razón que probablemente ni siquiera imaginemos que tan grande ha sido la aportación universal de nuestros pueblos al arte y al conocimiento, para Alejo Carpentier la música popular latinoamericana ha dado impulso sin precedentes, rítmico, orquestal, melódico, armónico y creativo, a la música de concierto, ha sido un proceso dialéctico, que pocas veces ha figurado en los libros de historia. Resulta increíble en México, que con una diversidad cultural tan exquisitamente rica, haya una ausencia de registro histórico composicional hasta el siglo XX digno de ser tomado en cuenta.

La pobreza del medio musical anterior a la revolución mexicana, que encontraba su cifra en uno que otro vals, mazurca o chotis inspirado y de éxito (Sobre las olas de Juventino Rosas) o en ensayos orquestales u operísticos que, aunque raramente con una intención nacionalista (la ópera Atzimba, de Castro) no logran ser más que un trasunto leve de la brillante música europea, empieza a sacudirse con la entrada en escena de Manuel M. Ponce. Ponce realizó una investigación en la música tradicional mexicana, y es sobre todo por eso reconocido, pero más importante que tal aventura es seguramente el hecho de que pertenecía a una generación mucho más sólidamente formada que las anteriores, lo que le permitió componer a un nivel de modernidad y de calidad excepcionales. Julián Carrillo, si no poseía su mismo refinado temperamento en cambio tenía una mente teórica que lo llevó a replantearse problemas musicales fundamentales. La hora de volver los ojos a la realidad nacional había sonado, y en ese camino anduvieron Candelario Huízar y sobre todo Carlos Chávez y Silvestre Revueltas, que llegaron a entenderse en el medio mexicano como la contrapartida, en términos musicales, del movimiento muralista. (Manrique, 227, 954)

La institución mexicana se ha encargado de emular el pensamiento Europeo; se estudia historia como si fuéramos griegos o romanos, se enseña arte como si nuestras realidades sociales coincidieran con las expresiones europeas, ensimismados siempre a copiar lo pasado, a repensar lo repensado.

En este respecto, las palabras de Silvestre expresadas en un viaje a París, aclaran su pensamiento acerca de la imitación a la cultura europea:

Ahora comprendo la poderosa influencia que esta ciudad ha tenido en los compositores, hombres de ciencia, estudiantes que se han impregnando de esta vida; cuánto se refleja en sus obras y cómo las ha empalidecido, hasta casi –y sin casi- no decir nada de lo nuestro. Creo firmemente que perdieron aquí lo mejor de sí mismos y lo mejor de su país. Nuestra América es joven, y tiene seguramente todos los defectos de la juventud, y claro que es preciso educarla, pero no perdiendo sus mejores características. El error de nuestros maestros (parisienses) ha sido, y no sólo de ellos, sino de todos los europeizados, querer hacernos semejantes, por un cierto complejo de inferioridad, por un deseo de ser gentiles, corteses, pasar por refinados ante las naciones admiradas, ante las que se creen obligados a prosternarse. (Revueltas, 1989, 79)

Cuenta el propio Silvestre Revueltas que cuando entregó una de sus primeras composiciones, para piano y violín, el maestro le felicitó destacando en su trabajo un estilo claramente “Debussiano”, la respuesta ante la observación, que pudiera ser un elogio para cualquiera, produjo en el joven veinteañero una respuesta increíble.

Hasta 1924, viví en esa actitud. El encontrar que ya había habido alguien que diera forma a mi mundo nuevo, me hizo sostener una lucha tremenda que se tradujo por la inacción, pues resolví no componer jamás, sin crear mi propio lenguaje. (Revueltas 1989, 80)

Semblante histórico del compositor

La música de Revueltas, como la poesía de Lorca, sobrevivirá al legado del generalísimo Franco, y también a la Revolución Mexicana, que en estas últimas décadas está un poco más que aceda.

Peter Garland

Silvestre, el músico, nació apenas un día antes que el siglo XX, por aquella época, la modernidad porfirista no ofrecía grandes oportunidades de digna vida a la mayoría de sus habitantes que la construían; su madre, hija de mineros y su padre, comerciante pobre, procrearon a una de las familias más creativas de la historia mexicana. La constante búsqueda de mejores y propicias condiciones para el desarrollo artístico de sus pequeños hijos, se ve reflejada en el movimiento continuo de vivienda por diversas poblaciones y estados de la república, así como en el extranjero.

El desarrollo capitalista acentuado por el liberalismo del Estado mexicano, consumado con el triunfo de la primera revolución burguesa del párvulo siglo, jamás pudo, ni quiso resolver el problema económico de su sociedad, la élite nacional y la vasta masa trabajadora se fue escindiendo en una abismal distribución inequitativa de la riqueza, existente de una manera cada vez más violenta hasta nuestros días: el México moderno, el explotado, el industrializado, el occidentalizado México, niega y negó a su población (incluso a la más creativa) decoro cotidiano, es sumamente importante recalcar la ausencia de recursos económicos de la familia Revueltas hasta en los momentos más críticos: la muerte del propio Silvestre.

Silvestre abre los ojos y al reconocerme toma una de mis manos entre las suyas, la estrecha contra su corazón con un temblor convulso, y luego se la lleva a los labios para besarlas. Esto me desgarra por dentro y una la de sollozos me sube a la garganta: “¿Qué hacer, qué hacer?”, me repito sin moverme y, por obra del clímax de angustia en que me encuentro, con una suerte de indiferencia monstruosa en la que parece no importarme el propio Silvestre. Es como si mi persona se hubiera partido en dos, y esta mitad donde me encuentro, no experimentara nada, ninguna pena, ningún dolor, ningún abatimiento, anulada por una especie de turbia anestesia, y cuando mucho, apenas le alcanzara la voluntad para formularse la única sensación posible: la de no poder, no poder. Luego está la maldita falta de dinero, del maldito dinero. (Revueltas, 1966, 63)

¿Por qué un artista, un creador ha de sufrir hambres y miserias? Aquí descansa, entre nosotros, el secreto del fracaso de la cultura de México como pueblo. Somos un país de descamisados y de zánganos. Se desprecia al músico, al pintor, al poeta, por considerarlos como a los bufones que cabriolean en los banquetes de los burócratas. Pero es que se les hace bufones por fuerza del hambre. (Revueltas, 1989, 31)

Otro aspecto a tratar para situar históricamente la vida del gran músico, es de suma importancia mencionar uno de los sucesos que indudablemente marcarían y darían guía a la constante actividad de muchos de los artistas de la primera mitad del siglo XX, esto es la primera revolución socialista experimentada por el mundo, cuando hubo triunfado la revolución bolchevique, Silvestre contaba apenas con diecisiete años, la sed valiente y transformadora contra el imperialismo impactaría de manera importante, en las sociedades de todo el mundo. Las ideas de carácter revolucionario de Silvestre se logran dibujar en la correspondencia mantenida con su primera esposa, una cantante de ópera estadounidense, datadas probablemente en 1927.

Mis ideas sobre los problemas éticos sociales tienen otro sentido y fuentes diferentes: proceden del pueblo, de los trabajadores, los oprimidos y los explotados, amos del futuro. Estas diferencias individuales se convierten en las diferencias del mundo. El caso de la Unión Soviética, el caso actual de España, el caso del mundo en el futuro próximo.

Yo mismo, un maestro, un trabajador intelectual, tan explotado, tan oprimido como el resto de los trabajadores en las condiciones actuales de los países capitalistas, he considerado mi deber, mi deber humano y viril, luchar al lado de mis camaradas por una vida nueva y mejor. (Revueltas, 1989, 47)

La congruencia de Revueltas entre sus ideas y sus actos siempre fue algo característico, tal como lo demuestran sus palabras no perdió la oportunidad de participar activamente en la militancia política.

En 1934, se crea la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios (LEAR) cuya primera consigna política es “Ni con Cárdenas ni con Calles”, que exige al gobierno la libertad de los compañeros presos en las Islas Marías, garantía de libertad de expresión, reanudación de relaciones con la URSS. Cárdenas da su palabra de que atenderá las demandas. La LEAR se funda con Leopoldo Méndez, Pablo O´Higgins, Makedonio Garza, Luis Arenal, Juan de la Cabada. Se edita una Revista Frente a Frente. Se incorporan pintores realistas cómo Ángel Bravo, Antonio Pujol, Siqueiros, Alfredo Zalce y promotores culturales como Fernando Gamboa. La tendencia es formar organizaciones, detener el fascismo oponiéndole entre otras cosas, un muro de siglas. Aparece la FEAR (Federación de Escritores y Artistas Revolucionarios) fundada por la LEAR y el burócrata de Educación Pública José Muñóz Cota. Participan treinta o cuarenta artistas, entre ellos Silvestre Revueltas, Blas Galindo, María del Mar. (Monsiváis, 2007, 1017)

Un punto de la reflexión de este ensayo, álgido por su aventurada tendencia hipotética, es que Silvestre Revueltas fue predecesor del pensamiento revolucionario de su hermano menor José, al ser quince años mayor y ser un admirador confeso de éste (léanse los apuntes para una semblanza de Silvestre Revueltas) es muy probable que tanto Fermín como Silvestre sean bastión de las ideas revolucionarias de la estirpe Revueltas, en ningún apunte biográfico consultado se menciona que alguno de los padres tenga tendencias socialistas. Este punto es resaltante, ya que en la cita anterior se anuncia una cercanía con las fechas en las que el adolescente José es enviado preso a las Islas Marías.

Para terminar de situar históricamente a Silvestre Revueltas es trascendental hablar del viaje que realizó a España, como miembro de la LEAR, en plena Guerra Civil Española (1936 -1939). Un viaje que demostraría su gran importancia como activista sincero, honesto y comprometido con la causa antifascista.

La LEAR organiza guardias armadas contra el grupo fascista de los Dorados. A De la Cabada lo sustituye Silvestre Revueltas como presidente. Vienen los días de la guerra de España. Hay poderosas movilizaciones contra el fascismo. A España va una delegación al Congreso de Escritores y Artistas (Silvestre Revueltas, José Chávez Morado, Fernando de Gamboa, De la Cabada, Octavio Paz, Elena Garro, José Mancidor, Carlos Pellicer). Los acontecimientos de Europa conmueven, perturban, indignan. Cárdenas le abre las puertas a los refugiados. La de España es una causa fundamental que se complementa con las otras del cardenismo (la reforma agraria, la expropiación petrolera). (Monsiváis, 2007, 1018)

Un aspecto muy interesante a subrayar, es la interesante ebullición de grandes artistas que convergen para enriquecer el patrimonio de la creación, en este sentido resulta paradójico leer en las líneas pasadas el nombre de Octavio Paz. En un poema titulado “Somos la catástrofe”, del poeta uruguayo Mario Benedetti, hace crítica e ironía, a la aseveración de Paz: “la labor de los intelectuales de América latina ha sido, en general, catastrófica”. La prolífica creación musical de Silvestre es sin duda alguna resultado de la labor de los intelectuales realmente revolucionarios, y no sólo en el sentido cultural, de América Latina y el mundo. Esta interacción entre los grupos de escritores y artistas dio como resultado un enriquecimiento cultural y artístico sin precedentes. Sensemayá (1937), por ejemplo, es producto de un poema homónimo de Nicolás Guillén, y a su vez producto de la solidaridad latinoamericana con los artistas que eran perseguidos por sus posturas políticas en sus propios países. Otra de las grandes obras de Silvestre, que ejemplifican ésta situación es el Homenaje a García Lorca (1936), composición dedicada al gran poeta, brutalmente asesinado por la dictadura franquista.

El triunfo de las fuerzas franquistas significó para Silvestre un golpe del que jamás se repondría.

El compromiso del arte… y de la historia

Es digno de mencionar la urgencia de que los ensayos históricos, por simples y académicos que parezcan, retomen una responsabilidad social actual, se escribe del pasado cómo algo inmóvil, momia petrificada, curiosa, blanca cal. Los estudios sociales deben enfocarse a resolver situaciones reales sociales, se debe ser científico porque los problemas de la sociedad aquejan a hombres y mujeres de carne y hueso, que debieran encontrar soluciones de carne y hueso también, se solucionan periodos enteros, y se visualizan y reconstruyen formas de vivir, mientras la nuestra está en peligro de dejar de hacerlo. El problema epistemológico de la ciencia social reside entonces en criticar, fundamentar y demostrar, los métodos y formas en que se ha comportado la sociedad: para poder transformarla. Sólo así encuentro razón suficiente de escribir sobre un periodo, personaje, cualquiera que sea, y por ahora ésta es mi modesta trinchera, porque los muertos que en él sobrevivieron necesitaron las respuestas y soluciones que en los libros de historia muchas veces no se mencionan y que ahora nosotros necesitamos.

Esta reflexión, emanada de mi mayor espíritu constructor, tiene que ver profundamente con una crítica al quehacer cotidiano científico y artístico burgués, haciendo una comparación histórica del periodo que menciono en las últimas líneas del apartado interior hago el llamado de atención, ese enriquecimiento de la intelectualidad, parece desvanecerse en la actualidad, se observa un acentuado individualismo en el trabajo intelectual, tanto científico, como artístico.

La equiparación de mi reflexión podría ser análoga a un pensamiento que para muchos postmodernos sería trasnochada e incluso ridícula. La creación de puentes, de los de Cortázar, Benedetti, va íntimamente ligada a la construcción de un mundo mejor, a su transformación.

El artista, para ser verdaderamente fuerte, requiere, en la actualidad, no sólo talento, técnica, ímpetu creador, sino también velar cuidadosamente porque estas cualidades estén al servicio exclusivo de una causa social justa; la única: la de la liberación del proletaria y su cultura. (Revueltas, 1966, 92)

La muerte de un animal de galaxia

(A manera de conclusión).

Con la muerte de Revueltas (y la de Caturla, a los 34 años de edad, algunas semanas después en Cuba) concluía una era en la música latinoamericana y moderna en general.

Peter Garland

Cuando un hombre como Silvestre Revueltas

vuelve definitivamente a la tierra,

hay un rumor, una ola

de voz y llanto que prepara y propaga su partida.

Las pequeñas raíces dicen a los cereales: “Murió Silvestre”,

y el trigo ondula su nombre en las laderas

y luego el pan lo sabe.

Todos los árboles de América ya lo saben

y también las flores heladas de nuestra región ártica.

Neruda

Hemos llegado a la parte final de este ensayo, en una vida tan íntegra, apasionante, profunda y enigmática, aunque temporalmente corta, es difícil abarcarlo todo en pocos días para entregar este trabajo, queda el compromiso intelectual para ahondar mis conocimientos acerca de la obra y vida del compositor, mi quehacer musical e histórico, me llama para llevar a cabo tan emocionante empresa.

Los detalles biográficos de tinte más psicológicos no eran de singular interés en este escrito; por esa razón, los aspectos como el alcoholismo, la depresión, y demás circunstancias que lo condujeron a su muerte quedaron fuera de este análisis histórico.

El contexto histórico en el que se desarrolló Silvestre, fue de suma importancia para el desarrollo y conformación de su actividad compositiva, política y de pensamiento. Llevándolo así a convertirse en uno de los compositores más importantes del siglo XX, en México, América latina y el mundo. De manera analógica cierro este ensayo como termina su texto José Revueltas: apuntes para una semblanza de Silvestre Revueltas, en honor al poeta, al músico y al revolucionario.

¡Salud a Silvestre!

…“Hermano, hermanito querido, hermanito del alma!”, escucho a mi hermana Consuelo que solloza con un ronquido bestial, inhumano, a tiempo que toma entre su brazos la cabeza de Silvestre y lo besa en la frente. Del otro lado de la cama apenas logro distinguir la figura borrosa, atribulada de Ángela.

Yo me arrojo a los pies de Silvestre y hundo mi rostro entre ellos. Son unos pies calientes, unos pies que arden y me queman los labios como una llama, en este abrumador incendio de su muerte.

Me siento despedazado, destruido. Pero cuando, transcurridos unos instantes, me aproximo a contemplar el rostro de Silvestre, nunca recuerdo haberlo visto ni tan bellos ni tan puro, dulcemente quieto y en reposo, después de haber combatido por última vez.

Después de haber sido derrotado por última vez. (Revueltas, 1966, 65)

Bibliografía

Revueltas, S. (1989) Silvestre Revueltas por él mismo, apuntes autobiográficos, diarios, correspondencia y otros escritos de un gran músico. Recopilación de Rosaura Revueltas. Ediciones Era, México.

Revueltas, J. (1966) Apuntes para una semblanza de Silvestre Revueltas. Cartas íntimas y escritos de Silvestre Revueltas, en: cuadernos de lectura popular. Serie: el hombre en la historia. SEP, México.

Garland, P. (1994) Silvestre Revueltas. Alianza editorial, México. Primera edición en español.

Manrique, J. A. (2000) El proceso de las artes (1910-1970), en: Historia general de México, versión 2000, México, El colegio de México, centro de estudios históricos.

Mosiváis, C. (2007) Notas sobre la cultura mexicana en el siglo XX, en: Historia general de México, versión 2000, México, El colegio de México, centro de estudios históricos

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