La Ideología imperando el conocimiento social
Ideology prevailing social knowledge
Analéctica
Arkho Ediciones, Argentina
ISSN-e: 2591-5894
Periodicidad: Bimestral
vol. 5, núm. 36, 2019
Recepción: 12 Febrero 2019
Aprobación: 13 Agosto 2019
Resumen: A partir de los años sesenta, y ligado a los cambios que tuvieron lugar en la psicología, se empezó a comprender que estudiar los cambios en las conductas era demasiado limitado porque lo que los sujetos hacen está muy determinado por las representaciones de la realidad que los sujetos van formando. Para encontrar un sentido en los cambios de las conductas sociales era preciso tratar de descubrir las concepciones que poseen los sujetos de las relaciones sociales, y las capacidades que las hacen posibles. Así pues, surgió un área de estudio, sobre todo en EEUU, que se denominó “Conocimiento Social” o “Cognición Social”, que tenía como objeto estudiar el pensamiento sobre objetos sociales, vinculándolo con los cambios en las capacidades cognitivas en general, y mostrando que los aspectos sociales están muy relacionados con las capacidades cognitivas en su conjunto.
Palabras clave: ideología, psicología, conocimiento social.
Abstract: From the sixties, and linked to the changes that took place in psychology, it began to be understood that studying changes in behaviors was too limited because what subjects do is highly determined by the representations of reality that they subjects are forming. In order to find a meaning in the changes in social behavior, it was necessary to try to discover the conceptions that the subjects have of social relations, and the capacities that make them possible. Thus, an area of study emerged, especially in the US, called "Social Knowledge" or "Social Cognition", which aimed to study thinking about social objects, linking it with changes in cognitive capacities in general, and showing that social aspects are closely related to cognitive abilities as a whole.
Keywords: ideology, psychology, social knowledge.
A partir de los años sesenta, y ligado a los cambios que tuvieron lugar en la psicología, se empezó a comprender que estudiar los cambios en las conductas era demasiado limitado porque lo que los sujetos hacen está muy determinado por las representaciones de la realidad que los sujetos van formando. Para encontrar un sentido en los cambios de las conductas sociales era preciso tratar de descubrir las concepciones que poseen los sujetos de las relaciones sociales, y las capacidades que las hacen posibles. Así pues, surgió un área de estudio, sobre todo en EEUU, que se denominó “Conocimiento Social” o “Cognición Social”, que tenía como objeto estudiar el pensamiento sobre objetos sociales, vinculándolo con los cambios en las capacidades cognitivas en general, y mostrando que los aspectos sociales están muy relacionados con las capacidades cognitivas en su conjunto.
Según Brooks y Otros (1978), el área del Conocimiento Social se ha convertido en un campo de estudio muy floreciente, que se ocupa del conocimiento de los otros, de uno mismo, y de las relaciones entre uno mismo y los otros. Por otro lado, Shantz (1985), especifica cuatro campos del Conocimiento Social, ellos son, el conocimiento en tanto individuo (deseos, sentimientos, tendencias); el conocimiento de las relaciones sociales entre individuos (amistad, conflicto, relación); las relaciones y el funcionamiento de los grupos sociales más extensos, y finalmente el funcionamiento de las instituciones sociales.
Los modelos sociales que el sujeto construye de la realidad están formados por distintos tipos de elementos de diferente naturaleza, que representan las reglas, normas, valores, informaciones, nociones, explicaciones y conocimientos de todo tipo. Pero surge en el seno social de los pueblos, naciones y regiones un conjunto de ideas fundamentales que caracterizan el pensamiento de una colectividad, y esto es reconocido como, IDEOLOGÍA.
La ideología es el conjunto de ideas fundamentales que caracteriza el pensamiento de una persona, una colectividad o una época. También se trata de la doctrina filosófica centrada en el estudio del origen de las ideas .La ideología tiende a conservar o a transformar el sistema social, económico, político o cultural existente. Cuenta con dos características principales: se trata de una representación de la sociedad y presenta un programa político. Es decir, reflexiona sobre cómo actúa la sociedad en su conjunto y, en base a eso, elabora un plan de acción para acercarse a lo que considera como la sociedad ideal.
El término ideología fue acuñado por Destutt de Tracy para denominar a la ciencia que estudia las ideas y las relaciones entre los signos que las expresan. Más adelante, Karl Marx transformó a la ideología en el conjunto de ideas cuya relación con la realidad es menos importante que su objetivo (evitar que los oprimidos perciban su estado de opresión). Por eso Marx afirma que la ideología genera una falsa conciencia sobre las condiciones materiales de existencia del hombre.
Denominó como falsa conciencia al pensamiento de los individuos que no es consecuente con sus condiciones materiales de existencia. Esto, además de no ofrecer una visión fiable de la realidad, dificulta conocer la verdad. Según Marx, es el ser social el que determina la conciencia, no la conciencia la que determina el ser social.
Un ejemplo de falsa conciencia es la adopción de la ideología burguesa por un trabajador asalariado. Esto también puede expresarse diciendo que ese trabajador carece de conciencia de clase, ya que adopta una visión del mundo que no concuerda con sus intereses individuales y de clase, sino con los intereses de clase de la burguesía.
En este sentido, la ideología es una herramienta de control social para despojar al ser humano de su libertad, transformándolo en parte de una masa manipulable. La ideología desempeña un papel determinante en la historia de las sociedades, ya que no sólo refleja las condiciones de la vida material de la sociedad y los intereses de las distintas clases, sino que actúa sobre el desarrollo de la sociedad (Delval, 1996; Freud y Lacan, 2003; Billig, 1982). Por ejemplo, la ideología capitalista desarrolla una sociedad capitalista.
Por otro lado, la Ideología según Althusser, es “un sistema de ideas, de representaciones que domina el espíritu de un hombre o de un grupo social”. Estas representaciones comprenden todo lo que existe alrededor del ser humano: sus relaciones con la naturaleza, con la sociedad, sus actividades económicas, políticas y personales. Lo que es indispensable para el concepto althusseriano de ideología es que las representaciones que constituyen la ideología de un individuo, una clase o de un grupo social, cualquiera que fuera su naturaleza, no constituyen un “conocimiento verdadero del mundo que representan”, sino que siempre son representaciones falsas de lo real, o en otras palabras deformaciones de la realidad.
Por ende, para esta escuela, el conocimiento ideológico es siempre un conocimiento ilusorio que se encuentra en oposición con el conocimiento científico, único tipo de conocimiento capaz de proporcionar al ser humano conceptos verídicos sobre su realidad.
Define la ideología como la representación de una relación imaginaria con las condiciones reales de existencia. Para Althusser la ideología es histórica y eterna; es decir, que siempre habrá ideología; no es una forma de "engañar" o de "conciencia falsa" sino más bien una relación normal de individuos con la sociedad; es la relación imaginaria (sucede en la mente) de los sujetos con sus relaciones sociales.
En opinión de Althusser, ni Marx, ni Engels ni Lenin elaboraron jamás una teoría general de la ideología, sino que se limitaron a esbozar fragmentariamente unos principios teóricos; Marx definió la ideología como un “sistema de representaciones” que acompaña y legitima el dominio político de una clase social sobre otras. Pero Althusser piensa que se hace necesario completar la obra iniciada por Marx a través de una agenda de trabajo que incluye dos puntos: en primer lugar, se hace necesario examinar la función estructural de ese sistema de representaciones en el conjunto de la sociedad; y en segundo lugar, se debe estudiar la relación de las ideologías con el conocimiento.
Althusser afirma que toda formación social puede ser analíticamente dividida en tres niveles articulados orgánicamente entre sí: el nivel económico, el político y el ideológico. Cada uno de estos niveles es visto como una estructura dotada de materialidad concreta, independiente de la subjetividad de los individuos que participan en ella y de sus configuraciones históricas. Estos tres niveles de los que habla Althusser no son “reales” porque su estatuto no es ontológico sino teórico; tienen el carácter de “construcciones teóricas” que sirven para conceptualizar, a nivel abstracto, los diferentes tipos de relación que entablan los individuos en todas las sociedades históricas.
Las ideologías cumplen entonces la función de ser concepciones del mundo (Weltanschauungen) que penetran en la vida práctica de los hombres y son capaces de animar e inspirar su praxis social. Desde este punto de vista, las ideologías suministran a los hombres un horizonte simbólico para comprender el mundo y una regla de conducta moral para guiar sus prácticas. Se puede decir entonces que las ideologías no tienen una función cognoscitiva (como la ciencia) sino una función práctico-social, y en este sentido son irremplazables.
En efecto, Althusser elabora una teoría general, es decir ampliada, de las ideologías en donde estas no aparecen simplemente como deformadoras sino como posibilitadoras de sentido. Lo cual significa que las ideologías son mecanismos legitimadores de la dominación y que por tanto no pueden, a partir de sí mismas, generar ningún tipo de verdad. Pero esto no quiere decir que el papel de la ciencia sea reemplazar a la ideología, como pretendía el marxismo ortodoxo. No se trata de que algo falso (la ideología) sea sustituida por algo verdadero (la ciencia), de tal modo que el conocimiento científico se convierta en garante de la desideologización de la conciencia y de la inevitabilidad de la revolución.
En contra de la visión según la cual, las ideologías son fenómenos de conciencia (falsa o verdadera), Althusser afirma que se trata de una estructura inconsciente. Las imágenes, los conceptos y las representaciones que se imponen a los hombres conforman un sistema de creencias que no pasa necesariamente por la conciencia. Los hombres no conocen su ideología sino que la viven. Ésta, por decirlo así, permanece siempre a sus espaldas y se constituye en la condición de posibilidad de toda acción práctica. Las ideologías son objetos culturales que actúan realmente sobre los hombres mediante un proceso que se les escapa.
En efecto, las ideologías son capaces de dotar a los hombres de normas, principios y formas de conducta, pero no de conocimientos sobre la realidad. La ideología no nos dice qué son las cosas sino cómo posicionarnos frente a ellas y, desde este punto de vista, no proporciona conocimientos sino únicamente saberes. Ahora bien, lo que caracteriza a un saber es que plantea problemas cuya solución se encuentra producida por instancias exteriores a él mismo.
Por otra parte, es importante reseñar el enfoque que transmite Ludovico Silva (2009), filósofo venezolano, estudioso de Marx (no marxista), considerado como uno de los más importantes intelectuales del siglo XX venezolano; quien caracterizaba la ideología en términos distintos pero complementarios de aquellos que Marx empleó, pero considerando que le resultaba imposible modernizar la teoría de la Ideología, sin partir de Marx.
La ideología es un sistema de valores, creencias y representaciones que autogeneran necesariamente las sociedades en cuya estructura haya relaciones de explotación (es decir, todas las que se han dado en la historia) a fin de justificar idealmente su propia estructura material de explotación, consagrándola en la mente de los hombres como un orden natural e inevitable, o, filosóficamente hablando, como una nota esencial del ser humano. Tiene su lugar individual de actuación en las zonas no conscientes del psiquismo, entendidas desde el punto de vista de la dinámica psíquica: algunas representaciones figuran en calidad de represiones profundas en la inconsciencia, tal como figuran en el hombre de hoy muchas representaciones inducidas en su mente, desde la infancia, por la televisión comercial; otras, se alojan en la pre consciencia (en sentido freudiano), zona psíquica compuesta de restos verbales numéricos olvidados pero que pueden ascender a la conciencia cada vez que ésta los requiera.
El lugar social de actuación de la ideología, que en tiempos de Marx lo formaban las instituciones sociales (como el Parlamento), la cultura libresca, los templos, hoy lo forman, además y primordialmente, los medios de comunicación de masas, los cuales inducen subliminalmente la ideología en los individuos y, sobre todo, comercialmente, realizan una explotación fondo del psiquismo humano, una explotaciones específicamente ideológica que consiste en poner al psiquismo al servicio inconsciente del sistema social de vida (Laclau, 1979; Ludovico, 2009).
Para finalizar esta caracterización esquemática, considera Ludovico, que es preciso advertir que la mayor parte de las confusiones que ha suscitado el vocablo ideología vienen de que parece aludir a una ciencia de las ideas (esto quiso ser para el inventor del vocablo, Destutt de Tracy, pero con tan mala fortuna que, bajo el impacto de los de nuestros napoleónicos, el vocablo se convirtió en sinónimo de idealismo histórico); también parece aludir a un sistema de ideas.
Pero las ideas de la ideología no son tales ideas. El autor discurre que no son ideas, son creencias; no son juicios, son prejuicios; no son resultado de un esfuerzo teórico individual, sino la acumulación social de las ideas o lugares comunes; no son teorías creadas por individuos de cualquier clase social, sino valores y creencias difundidos por la clase económicamente dominante.
Referencias
Billig, M. (1982) Ideología y Psicología Social. Oxford: Basil Blackwell.
Delval, Juan. (1996) El Desarrollo Humano. México: Editores Siglo XXI
Freud y Lacan (2003) Ideología y aparatos ideológicos de estado. Buenos Aires: Nueva Visión
Laclau, E. (1979) Política e ideología en la teoría marxista: el capitalismo; El fascismo; El populismo. Lóndres: Verso.
Ludovico, Silva (2009). Anti-manual para uso de marxistas, marxólogos y marxianos. Caracas: Monte Ávila Editores Latinoamericana.