Consideraciones críticas sobre lo colonial en lo metodológico para la medición de la migración

Critical considerations about the colonial in the methodological for measuring migration

Martín Gonzalo Zapico
Universidad Nacional de San Luis, Argentina

Analéctica

Arkho Ediciones, Argentina

ISSN-e: 2591-5894

Periodicidad: Bimestral

vol. 6, núm. 37, 2019

revista@analectica.org

Recepción: 18 Septiembre 2019

Aprobación: 22 Octubre 2019



DOI: https://doi.org/10.5281/zenodo.4086068

Resumen: En el siguiente artículo vamos a realizar algunos comentarios metodológicos en torno al fenómeno de la inmigración, en especial la internacional. Para dicho propósito, primer vamos a establecer el marco de discusión en el cuál se definirá qué es exactamente la migración. Luego se revisarán, a la luz de la perspectiva decolonial, los supuestos epistemológicos e ideológicos que subyacen en las formas más modernas de medir la migración y sus causas. Por último, se realizarán algunos comentarios sobre potenciales metodologías de medición y qué aspectos o dimensiones deberían incorporar para un análisis realmente representativo e históricamente situado del fenómeno migratorio.

Palabras clave: medición, migración, colonialidad.

Abstract: In the following article, we are going to make some methodological comments on the phenomenon of immigration, especially international immigration. For this purpose, first we are going to establish the discussion framework in which exactly what migration is will be defined. Then, in the light of the decolonial perspective, the epistemological and ideological assumptions underlying the most modern ways of measuring migration and its causes will be reviewed. Finally, some comments will be made on potential measurement methodologies and what aspects or dimensions should be incorporated for a truly representative and historically situated analysis of the migratory phenomenon.

Keywords: measurement, migration, coloniality.

¿De que hablamos cuando hablamos de migración?

La migración, un fenómeno extremadamente dificil de precisar, ha sido definido desde distintos autores de diferentes formas (Martínez y García, 2002). Y este dato no es menor, puesto que las formas de definir qué es la migración repercutirán posteriormente en los datos obtenidos a partir de análisis migratorios. Hay autores y estudios que lo definen a partir de la intención declarada de forma explícita en moverse próximamente a otro sitio (Rossi, 1955), mientras que otros la definirán como un cambio de residencia en términos de país (Bogue, 1959; Nurun y Krishnan, 1993) y otros ampliarán la definición a cualquier cambio de residencia (Musgrove, 1963). A esta variedad de definiciones hay que hacerles dos observaciones, pertinentes a la perspectiva adoptada en este artículo.

La primera es que son definiciones extremadamente amplias, y para hacer un análisis con perspectiva Decolonial, es necesario definir a la migración como migración internacional. La segunda es que las definiciones revisadas revisten entre sí una jerarquía de subsumisión, por lo que lo más correcto es siempre tomar la más amplia, entendiéndola en términos internacionales.

De esta forma, coincidimos con Domenech y Pereira (2017) al definir, a partir de una larga revisión de estudios sobre migración en distintas escalas, la migración internacional como el cambio de residencia permanente que se realiza entre fronteras político-administrativas. De esta manera, quedan excluídas las visitas turísticas o las vinculadas a estudios. A esta definición, y esto es un agregado de los autores, hay que añadir "que se producen desde un sitio periferia a un sitio centro, por motivos políticos, económicos o culturales". Esta distinción puede parecer algo caprichosa, pero es una licencia lícita en el marco de esta perspectiva. Puesto que el énfasis estará puesto en la relación entre países imperialistas y coloniales, conquistadores y conquistados, centrales y perifericos.

Hecha esta aclaración, vamos a analizar la conformación de las distintas variables que se tienen en cuenta a la hora de medir migración internacional y como estas están viciadas de colonialismo, en el sentido de que pretenden invisibilizar esa relación histórica de dominación o hegemonía entre dos o más países que puede ser explicativa de dichos movimientos.

¿Qué se mide cuando se mide la migración?

Este es uno de los primero vertices que generan problemas a la hora de habar de migraciones, y ponen de manifiesto la gran arbitrariedad a la hora de medir. Vamos a señalar los métodos más clásicos de medición de la migración internacional, y cuáles son sus principales inconvenientes en términos de obtener información transparente. Tomaremos como referencia el informe de Garay Salamanca y Rodríguez Castillo (2016) para enumerar las formas de medir la migración internacional.

En primer lugar, los métodos exactos, que se conforman a partir de datos de población inicial de un país para un momento dado, población final, y datos sobre nacimientos y muertos. El cálculo es extremadamente sencillo y eficaz, salvando el hecho de que no hay análisis de dicha naturaleza hasta el momento, puesto que en general los países privilegian el uso de información migratoria como parámetro demográfico y local antes que social e internacional, lo cual ha llevado a que no se refinen técnicas o métodos estadísticos de medición recurrente. Además, como señala un informe del CEPAL (2016) los datos para este tipo de cáclulos suelen provenir de censos no necesariamente representativos.

Otro grupo de métodos, los llamados de estimación, emplean estadísticos de proyección para extrapolar a partir de las variables disponibles, las esperadas. Hay un énfasis especial en los métodos de análisis de supervivencia para dos censos, o estimadores complejos a partir de conjuntos de datos aparentemente dispersos. El gran problemas de estos métodos, es que precisamente no están reflejando la migración propia de un país, sino un estimado para un período. A esto se le suma el agravante de que invisibiliza totalmente la migración internacional, pues se ha estudiado con bastante solvencia (Calatayud y Sempere, 2009; Maguid, 2008; Herrera y Varesi, 2016 ) que los inmigrantes internacionales suelen estar sub-representados en los censos nacionales en diversos países, lo que delinea el famoso problema del "inmigrante ilegal" (Sabarots, 2016), al cual se lo condena al lugar de marginal por estar precisamente "fuera de la ley" e inmediatamente se lo constituye en estereotipo de criminalidad, para luego ser usado recurrentemente por distintos políticos con el discurso de la "amenaza del extranjero" (Durand, 2017).

Como se ve hay ciertas reyertas metodológicas vinculadas a la medición, que en parte están relacionadas a un fenómeno paradójico en el cuál parece residir el gran problema de lo migrante: se miden flujos internacionales pero los énfasis de todos los estudios son extremadamente localistas. Basta revisar estudios de inmigración internacional de diversa índole para observar que ninguno se enfoca en el fenómeno en sí, o en formas de medición estándar, o en análisis más globales del asunto. Es decir, ante todo se busca analizar cómo los movimientos migratorios iniciden sobre variables espaciales, demográficas o económicas a nivel local; e incluso cuando se busca analizar las causas de dicho movimiento, las categorías de análisis suelen reducirse a asuntos personales antes que sociales, dejando totalmente de lado variables como la globalización, incidencia de un país hegemónico en una zona, el surgimiento de gobiernos dictatoriales, entre otros (Criado, 2000).

De esta forma se va constituyendo el perfil del inmigrante internacional de dos formas antagónicas y convenientes. Una totalmente ascéptica y acomodada a las imágenes más románticas del mercado de trabajo internacional (el inmigrante que lucha contra la adversidad y se lo usa para reivindicar el trabajo en negro, las violaciones a derechos humanos, la explotación, etc), este es precisamente el inmigrante "legal". La otra imágen, totalmente negativa y marcada por la criminalidad, que constituye al personaje inmigrante como amenaza a la estabilidad del país y el mercado de trabajo, usado generalmente para reforzar discursos nacionalistas. Este es el tipo delineado como "inmigrante ilegal".

¿Cómo se miden las causas?

Parte de lo que ya marcamos como invisibilización de las causas, se debe en gran parte a los abordajes metodológicos. Pero a su vez dichos abordajes metodológicos están marcadas por una forma fuertemente moderna (en referencia al período que inaugura la revolución industrial y elegimos extenderlo hasta los albores de la globalización) de medir los flujos migratorios. Es decir, tenemos métodos estadísticos y enfoques modernos, vinculados a ideales de estado-nación, ciudadano, inmigrante, urbe, que nada tienen que ver con la globalización, el fenómeno de internet, la cultura transnacional.

A su vez, los desarrollos metodológicos necesarios para el análisis de las migraciones internacionales desde una mirada decolonial, requieren primero la construcción de categorías de inmigración apropiadas, que a su vez requieren situar a la inmigración en el continuum de una historia que ponga en evidencia la intencionalidad de ciertos países centrales en lo que respecta a la formación de contingentes humanos móviles. Es decir, superar la típica categoría de "inmigración desde países del tercer mundo hacia países del primero", que destruye cualquier historicidad posible del fenómeno al reducrilo a una mera etiqueta económica, que construye la representación de "la gente se mueve de países pobres sin trabajo a países con mejores oportunidades" y limita totalmente la mirada.

Ya no son suficientes los modelos clásicos sobre teorías de migraciones para entender la multicausalidad y lo que muchos autores del tema han dado en llamar causas vinculadas a la microestructura de la inmigración (Wood, 1992), ni tampoco son capaces de explicar los matices en cuanto a orientación y selectividad vinculados a factores culturales de la inmigración, que para nada se agotan en lso modelos clásicos de motivaciones económicas.

Otro aspecto ya mencionado pero que debe actualizarse metodológicamente para incorporar una perspectiva decolonial es lo global e interrelacional de los flujos migratorios hoy día. Los análisis clásicos bidireccionales solo se quedan en lo descriptivo y nunca serían capaces de dar explicación a las migraciones concatenadas en las cuáles hay más de una frontera involucrada. Esto es en parte debido a una perspectiva economicista y reduccionista que solía presentar a la inmigración como un fenómeno particular o reducido a solo los países emisor y receptor antes que un fenómeno global que responde a un entramado de intereses complejo.

Además, como señalan Sánchez y Urraza (2015) y muchos autores coinciden, recién en las últimas décadas se está empezando a complejizar los niveles de causalidad de la inmigración, definiéndose en general: el invididual, el familiar y económico, y el cultural político. Además, muchos autores están empezando a señalar que los flujos migratorios internacionales, asunto que siempre buscó invisibilizarse, sucede entre países con una historia de asimetría de poder: imperio-colonia, deudor-acreedor, conquistador-ex conquistado, y demáses. Esto nos devuelve precisamente a la tesis decolonial, la inmigración vista desde esta perspectiva es una nueva forma de saqueo pero en este caso de capital humano.

Recomendaciones metodológicas para nuevas medidas

Atendiendo a la evidente multicausalidad del fenómeno migratorio, y entendiendo también la compleja red de intercambios que se han generado después de la globalización y en el marco de un mundo interconectado, es urgente la incorporación de modelos multivariados espacializados a gran escala, que logren dar cuenta precisamente de lo relacional qu

Si bien entendemos que la medida de los flujos migratorios siempre es un asunto extremadamente complejo en términos de relación población-muestra, lo cierto es que los instrumentos generalmente usados en su medición pecan de estar viciados por perspectivas extremadamente reduccionistas del fenómeno, reduccionismo que se traduce en la estructura misma de los instrumentos y en la selección de los análisis.

Atendiendo a la evidente multicausalidad del fenómeno migratorio, y entendiendo también la compleja red de intercambios que se han generado después de la globalización y en el marco de un mundo interconectado, es urgente la incorporación de modelos multivariados espacializados a gran escala, que logren dar cuenta precisamente de lo relacional que hay entre dos países que comparten un fluo migratorio. Estos métodos, además, deberán incorporar también nuevas dimensiones de la migración como lo biográfico y lo cultural, si desean alcanzar realmente un poder explicativo (y quizá predictivo) suficientemente sólido para analizar un asunto tan mixto.

Desde una perspectiva decolonial, también será necesario que estos elementos de medida logren espacializar y cuantificar mediante redes complejas las distintas relaciones entre países que participan en los flujos migratorios. Devolver esa dimensión histórica al fenómeno es, quizá, el más importante de los objetivos.

Referencias

Bogue, D.J. (1959) "Internal Migration". En Hauser, P.M.; Duncan, O.D. (eds.). The Study of Population. Chicago: Chicago Press, pp. 486-509.

Calatayud, C. R., y Sempere, M. M. (2009). ¿Son fiables los datos de migraciones del Censo de 2001? Revista de Economía Aplicada, 17(50), 97-118.

CEPAL (2016). Medición de la migración con especial referencia a la fuente de datos censal (la medición de la migración en los Censos de Población y Vivienda en México)

Criado, M. (2000). Vieja y nueva migración. Rasgos, supuestos y evidencias. Revista Internacional de Sociología, 58(1), 26.

Garay Salamanca, L. J., y Rodríguez Castillo, A. (2016). La migración internacional: una síntesis de aproximaciones teóricas alternativas.

Krishnan, P. (1993). "Some Approaches to the Study of Human Migration". En Mahadevan, K.; Krishnan, P. (eds.). Methodology for Population Studies and Development. Sage Publications, pp. 81-121

Martínez, Ú. F. y García, J. G. (2002). ¿Cómo medir los flujos migratorios?. Papers: Revista de Sociología, (66), 15-44.

Musgrove, P. (1963). The Migration Elite. Londres: Heinemann.

Rossi, P.H. (1955). Why Familie. Glencoe, Illinois: The Free Press

Sabarots, H. R. (2016). La construcción de estereotipos en base a inmigrantes “legales” e “ilegales” en Argentina.

Sánchez, R. C., y Urraza, X. A. (2015). ¿ Migración o desplazamiento forzado?. Las causas de los movimientos de población a debate (Vol. 81). Universidad de Deusto.

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